Matar a un animal no es una forma de ver la vida, sino de afectar al mundo que nos rodea.
Sobre Fernando Savater tenía poco malo que decir: aun hoy me gusta su ironía y sus principales influencias; respeto su ética del deber y su concepción espinosista (rollos filosóficos, ya sabéis), su preocupación por las cuestiones nacionalistas e incluso la resolución que, él mismo, propugnó ya hace años acerca del vasquismo, que hoy podría acercarse sin excesivos remilgos al independentismo en Cataluña.
Sin embargo, como es habitual, igual que yo poco más sé de Spinoza que aquello de que nos regimos por los límites del cosmos, quizá Savater no tenga ni puta idea de perros, ni de gatos, ni de toros. Por el contrario, cuando no se sabe algo, algunos tenemos la modestia de cerrar el pico, y otros tienen la osadía de mirar por encima del hombro y sentar cátedra. Quizá por ello, me sorprendió ver cómo hace unos días traían a colación temas de tauromaquia y animalismo desde una perspectiva que jamás habría imaginado.
Por título llevaba Tauroética, y las frases que cobraban vida entre párrafo y párrafo asesinaban sin saberlo a muchos seres que habían sufrido la desgracia de nacer animales (no humanos) en el lugar equivocado. Sobre ello, Renzo Llorente, profesor de filosofía en el campus de Madrid de la Saint Louis University, escribía una refutación muy lúcida (Tauroética de Fernando Savater: una aproximación crítica) a la cual, si tenéis interés, recomiendo que le dediquéis unos minutos.

El fragmento que apareció en varios blogs hace unas semanas puede encontrarse en Tauroética (F. Savater, Turpial, 2010), en la página web de Andrés Calamaro (desconozco el porqué) y criticado en multitud de blogs animalistas como, por ejemplo, el de Melisa Tuya. Sigue leyendo «La mierda de la ‘Tauroética’ de Savater»