Hacer más mal que bien

Hace poco, estuve a punto de conocer al famoso Rey Chatarrero. Al final, aquello no se materializó, y después ha debido cambiar de número de teléfono, porque ahora la compañera que contactó con él, no lo ha podido volver a localizar. ¡Qué sé yo!

Con tanto trabajo, esto me volvió ayer a la cabeza, y lo hizo de una forma «graciosa» que he creído que puede ser interesante comentar en el blog: a través de un artículo que, estos días, ha conseguido volar mediante las RRSS; su título: El circo mediático del animalismo; un texto que critica al (ya) famoso Chatarra’s  y su nuevo programa en Cuatro: A cara de perro.

A cara de perro (Cuatro)
Imagen promocional del programa A cara de perro (Cuatro, 2017)

Un artículo, ante todo, interesante, que trata muchas cuestiones relevantes para el animalismo —maltrato y explotación animal, especismo, bienestarismo, veganismo, etcétera—, pero que cojea en la base. A grandes rasgos, el autor nos habla de por qué es erróneo emitir un programa como este, donde su protagonista se preocupa de los perros, pero no de los cerdos o de las gallinas; de por qué es erróneo escoger al Rey Chatarrero y no a una persona que aglutine los principios del movimiento de liberación animal; y, sobre todo, de por qué tenemos que luchar contra personas que perviertan el mensaje que él considera que defiende el animalismo.

En ‘El circo mediático del animalismo’, López comenta:

«Cuesta imaginar un mejor ejemplo para ejemplificar el grado de desconexión existente entre el mundillo académico que argumenta los Derechos Animales y la gente con su desconocimiento absoluto acerca de qué se postula.»

Parece evidente que ese error no es (únicamente) del público general, sino del mundo académico, que no ha sabido cómo llegar a este, y que, a falta de una crítica (tardía) de su propio discurso, se ha encontrado con un muro difícil de superar.

Pero, ¡sorpresa! El texto fracasa en la aceptación de la definición más simple y, a la vez, más compleja de todas las que allí aparecen: ¿qué significa ser animalista?; ¿qué es el animalismo? El animalismo es la lucha por los derechos de los animales —donde, por contexto, entendemos que se trata de animales no humanos—, un movimiento que, ni el veganismo, ni ninguna corriente de pensamiento puede apropiarse, porque pertenece a la esfera de la individualidad tanto como a la colectiva.

antitaurinos
Eslogan perteneciente a la lucha antitaurina.

Cuando acogemos la teoría de este breve discurso y abstraemos el concepto «vegano» del concepto «animalismo», la rueda sigue girando. No chirría por ningún sitio: hay personas que se consideran animalistas y veganas, y hay personas que se consideran animalistas y no veganas. Otra discusión muy distinta serán los sesgos de pensamiento y las contradicciones que podemos hallar en los esquemas mentales de esas personas —spoiler: todos tenemos disonancias cognitivas—, pero, en ningún caso, una persona que sea animalista tiene, por definición, que ser vegana. La explicación es simple: animalista es una idea mucho más amplia que vegano, que se circunscribe a una moral mucho más estricta.

El animalismo es una representación tan amplia como carente de sentido a causa de la suma de definiciones colectivas, que nos sirve para definir al «amante de los perros y los gatos que come carne de otros animales» tanto como al bienestarista que no quiere ningún tipo de cambio más allá de una «cómoda explotación» y al partidario de la liberación animal. Y voy al principal tema que, para mí, rebate el artículo anterior; algo así: «Si quieres cambiar el mundo, sal al mundo.»

¿Y si lo que hacemos, de la forma en que lo hacemos, no funciona? Es muy tentador creer que un libro de Melanie Joy o una ponencia de Gary Francione son el único camino, pero no lo son, y no están funcionando. Puedo comprender las reticencias de pervertir el concepto de un mensaje para llegar a más gente, pero… en lenguas vernáculas: hay que tener unos «cojonazos» para decirle a la gente que ellos no son animalistas, y que tú, y los que piensan como tú, son los únicos animalistas que existen y que pueden llamarse animalistas.

El Rey Chatarrero y yo debemos tener una ética muy distinta, pero yo no puedo decirle a otra persona que pretende ayudar a los animales, que se equivoca, que no ayuda a los animales y que es un impostor (¡ni yo, ni nadie!). Porque no lo es; él es un animalista que lucha por algunos animales, y yo soy un animalista que lucha por todos los animales. Como activistas, es legítimo intentar convencer de nuestra forma de vida a un tercero, pero no podemos imponerla como verdad absoluta, y tampoco deberíamos creer que sería legítimo hacerlo aun con tal potestad.

Un gran grupo, a quien sólo le preocupan los «peluditos» o confían en las regulaciones legislativas por inculcación institucional, defiende todo esto apelando a que visibiliza la injusticia. Yo agregaría que tanto la hace más visible como la pervierte aún más. Transmite una ideología que no debieran ser el estándar de una sociedad civilizada.

Extracto del artículo «El circo del animalismo», de A. López

Blanca, una buena amiga que también practica kendo, trabaja desde la Universidad Autónoma de Barcelona en cuestiones de inclusión social desde un marco feminista y multicultural; y le jode mucho, pero mucho, que le digan que una chica musulmana que sigue el hiyab no puede ser feminista. Siempre dice: Nudity empowers some. Modesty empowers some. Different things empower different women and it’s not your place to tell her which one it is.

Liberación animal (imagen)
Eslogan que defiende la vida de todos los animales junto a conceptos como el veganismo y el antiespecismo.

Y qué razón que tiene. Javier Roche boxeando y salvando la vida de cientos de perros llega a unos chavales; yo, escribiendo, llegaré a otros; quizá sea el rap, o el trabajo en una protectora, o una visita al matadero lo que consiga ese «clic» en terceros; quizá él tiene más éxito, quizá no. De lo que sí estoy seguro es que sea en el Palacio de la Chatarra, sea en A cara de perro, no está en manos de nadie decirle cómo debe definir su individualidad. Quizá Roche no sea el animalista que a nosotros nos gusta, pero hace falta valor para decirle a ese tío que no es animalista, porque uno puede diferir en el fin último, e intentar convencerle de nuestra verdad, pero no en el sentimiento que le mueve, y que brota bondad en todo lo que hace.

A veces, queremos luchar por un cambio, pero cuánto nos cuesta poner los pies en el ring o en el tatami. De eso, yo sé de lo que hablo, y el Rey Chatarrero también.

¿Cuál es el crimen aquí? ¿Enviar un mensaje segmentado a través de la televisión? ¿No es esto acaso una excusa para hacerlo mejor? Donde encontrar nuevas vías de comunicación, nuevos espacios donde debatir sobre el animalismo y luchar contra la invisibilización del modelo. ¿Acaso creemos que todo el mundo es consciente siquiera de lo que significa «especismo» o «bienestarismo»? Porque ya os adelanto que no, que fuera del ámbito académico, nadie sabe a qué aluden estos conceptos; ahí es donde tiene que saltar el mensaje: hacia los mercados, las calles, y el público general. A veces, queremos luchar por un cambio, pero cuánto nos cuesta poner los pies en el ring o en el tatami. De eso, yo sé de lo que hablo, y el Rey Chatarrero también.


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De cómo los animales viven y mueren (Javier Ruiz - Diversa Ediciones)Este es un texto original creado para Doblando tentáculos. Si te ha parecido interesante, quizá quieras adquirir en papel o en eBook De cómo los animales viven y mueren (Diversa Ediciones, 2016), mi primer libro de temática animalista que trata estos y otros muchos temas similares. ¡También está disponible en Amazon!

‘Sigo a tu lado’, dijo él

No importa dónde ocurran las historias de perros. A diferencia de las nuestras, la mayoría se vuelven universales; o quizá ya nacen así. ¿Qué son, acaso, sino instantes libres de prejuicios?; situaciones donde una mala experiencia siempre alcanza una lección, una sonrisa o una mirada de complicidad.

La última nos llegaba hace unos días de EE. UU. Allí, en Vashon, un setter irlandés salvó con su lealtad a su compañera, una basset hound llamada Phoebe. Es una de esas noticias que nos habla de aquello de en las buenas y en las malas, de aprender un poco a ser más animales (en el buen sentido), de preocuparse por las cosas que realmente importan.

Tillie y Phoene, los dos perros protagonistas en Vashon (Washington, EE.UU)

De vez en cuando, también traspasan noticias de sabor agridulce: está la de aquella animalista que se suicidó con sus perros por convicción (equivocada), y también las miles y miles de granjas, mataderos y otros centros que, como si de una extensa frontera se tratase, dividen las opiniones de animalistas y no animalistas.

En esta otra franja de tierra, quedan los febreros que temen los galgos, las rehalas de los podencos, las constantes carreras apresados por un coche o una moto… A diez mil pies de altura, un hombre cambia el rumbo de un avión para salvar a un único perro aterrado en la bodega; a 500 kilómetros de Damasco, un adolescente de 17 años junto a su perro hacia Turquía con la intención de alcanzar a pie la isla de Lesbos; en ese mismo instante, miles y miles de animales sueñan con que alguien los recuerde siquiera.

El burro Capitán, ya recuperado, en Almería

Mueren asfixiados por no encontrar alguien que dé sentido a su vida —aunque quizá ellos quisieran seguir buscándolo, ¿no?—; por nuestra incompetencia, por ignorancia también; guillotinados por no ver más allá de nosotros, por tradición, y a veces hasta por maldad. Movidos por el rencor, o por la desconocida condena hacia uno mismo a través de los actos, como es el caso de Rompesuelas, pero también del burro Capitán y del león Cecil y de tantos millones de seres a los que todavía no hemos bautizado más que con sufrimiento.

Quizá esas historias universales nos susurran que luchemos por una ley real contra el maltrato; quizá sea eso con lo que sueñan miles y miles de animales que no tienen más que el soñar para vivir.

Quizá es bueno y redentor compartir algunos sueños…

Enlaces relacionados:

Tillie y Phoebe en Vashon (Washington, EE. UU.)

Simba, el bulldog francés del vuelo de Air Canada

Aslan y Rose, a pie desde Damasco

El burro Capitán

Una cornada de sentido

El 8 de marzo de este 2015, más de setecientos días después de haberse retirado del mundo del toreo, Francisco Rivera hizo algo bastante común entre las celebrities: su primera reaparición; un nuevo salto al ruedo que tuvo lugar en Olivenza, Badajoz, y que le llevaría inexorablemente hacia la profunda cornada que sufrió antes de ayer en la plaza de toros de Huesca.

Las cosas van como van; y así como en las plazas los toros se cuentan en lotes, y nadie siente pena por un bicho que ni quiere estar por allí ni sabe qué pintan esos tíos vestidos de luces con capotes, también debemos tener presente que, de vez en cuando, un pitón revienta contra el triángulo femoral del muslo y algún torero cae en la arena con una herida mortal. Y ahí está el caso del famoso Manolete, que por muchas angustias de las que se rodease, no quedó contento hasta que la cosa se torció del todo en Linares.

Toro de la ganadería Miura

Pero la empatía tiene, hoy más que nunca, un límite en cuestiones de maltrato animal; quizá por ello PACMA, el Partido Animalista, ha tenido que emitir un comunicado (no del todo atendido por sus seguidores) para que los usuarios de Twitter y otras redes dejen de publicar deseos de muerte contra la grave cornada sufrida por el taurino. Sigue leyendo «Una cornada de sentido»

Varias cuestiones más a raíz de ‘Vaya fauna’

A raíz de la entrada anterior, he tenido una semana movidita entre discusiones (por todos lados) con amigos y conocidos animalistas: algunos estaban de acuerdo en lo que decía, otros no. De cualquier modo, todas las opiniones son respetables, pero sí es cierto que, en algunos puntos de lo que exponía el lunes pasado, no me gustaría pecar de simplismo. Por esa razón, desarrollo aquí varias cuestiones que me parecen claves y que, creo, ayudarán a ofrecer una visión más completa sobre el artículo anterior.

#1 Vaya fauna = Telecinco = todo por la audiencia

A excepción de una cría de león, el único animal salvaje que, por ahora, ha aparecido en el programa ha sido Tima. Sí, es cierto que también hemos visto un zorro y algún bichejo más que no debería estar, pero está muy claro que Telecinco tenía planteada la controversia desde el minuto cero.

Santi Serra y la cría de león de 'Vaya fauna'

#2 Falta una explicación del programa

Sobre este tema ya hablamos, pero la pregunta sería: ¿de dónde sale la osa Tima u otros animales no domésticos que se presentan en el programa?, ¿cuál es su historia? A menudo, las historias que aparecen son sesgadas o, directamente, obviadas en pos del espectáculo, lo que hace que la presentación sea muy deficiente y que, fácilmente, lleve a malas interpretaciones por parte de la audiencia.

Este punto que en absoluto se ha cuidado por parte de realización debería hacer ver a la cadena que la polémica no siempre consigue lo que se propone (ahí está el descenso semanal de share). Además, la explicación debería ser real, fundada, profunda, lógica, ética y consecuente. No podemos presentar historias con medias tintas; tanto por lo que supone no saber de dónde sale un tigre o un oso, como porque no es justo para perros de asistencia que han participado en el programa, como Jack o Jarta. Sigue leyendo «Varias cuestiones más a raíz de ‘Vaya fauna’»

Paco Catalán Carrión: la conciencia tras el lápiz

Artista, docente y remueveconciencias son algunos de los títulos que se me ocurren para Francisco Catalán Carrión, más conocido como Paco Catalán en las redes sociales. Un valenciano de sesenta y bastantes que, para quien todavía no le suene, ha dedicado su vida entera al arte.

Confieso, no obstante, que yo no soy mucho de artes plásticas: ese es territorio de otros; y las obras que he podido observar, principalmente, collage y dibujo entintado, poco me dicen. Trasciende al espectador el esfuerzo y el trabajo, y ha sido premiado en reiteradas ocasiones por ello, pero no alcanza conmigo el nivel de certeza y empatía que dispara su viñeta diaria.

Entrega, esfuerzo y actualidad entre la plumilla y la acuarela; tres cosas difícilmente superables, hoy día, en Internet. De ahí su éxito, imagino. De ahí nuestra admiración, supongo.

Artículos sobre Paco Catalán Carrión

El porqué de este artículo sobre Paco Catalán

Quizá sea porque hace más de un año que visito sus viñetas, y sonrío (o suspiro) cómplice; porque no hay día que no acierte y siga siendo actual; o que falte a su cita, cansado y vencido por la realidad.

Quizá no sea el trazo clásico y exquisito de los dibujos, el color de la acuarela allí donde más falta hace, el mensaje solemne, pero sincero, de quien se acompaña de la verdad y de la injusticia de muchos otros. Quizá se trate, simplemente, de nuestra necesidad de despertar; de reaprender, y sus dibujos sean una vía más.

Vida de perros o perrera municipal (Paco Catalán)

¿De qué trata la viñeta diaria?

A menudo, las viñetas de Paco Catalán son descritas como animalistas, pero la descripción se queda corta (por mucho). Aquí, la brevedad no es una aliada, puesto que estas tratan un gran espectro de temas de crítica social. Desde la corrupción hasta la crisis económica, de la pobreza a la falta de valores en España; y sí, sobre todo, la defensa por los valores animalistas y la denuncia constante, perenne e ininterrumpida contra el maltrato animal, clave del gran éxito del artista en los medios sociales.

Todos sus mensajes irradian verdad, y los desahucios o la falta de una vida digna de muchos españoles también dejan espacio a situaciones más cotidianas como el carácter de perros y de gatos, las fallas valencianas o la necesidad de atesorar dinero hasta que nos falte el tiempo.

Comprar tiempo cuando ya no nos queda, por Paco Catalán Carrión

Doble moral, por Paco Catalán

Ley de caza en Castilla-La Mancha (Paco Catalán)

Temas principales

Sin embargo, aquellos temas que destacan por encima del resto son los que se refieren a la actualidad de la vida animal en España. Desde la caza del lobo ibérico hasta las leyes menos restrictivas de la Junta de Castilla-La Mancha; del uso y el asesinato de miles de galgos cada febrero hasta la impunidad de la que la tauromaquia continúa gozando para disfrute escatológico de unos pocos.

Maltrato animal en España: tauromaquia y galgos (Paco Catalán)

En ellas, a menudo, son los niños aquellos quienes llevan la verdad en sus palabras; símbolos de pureza y naturaleza que también se otorga y vincula con los animales que los acompañan, se personifican o, simplemente, se dejan ver sin necesidad de letras que expliquen el cuadro. Por contra, si bien no siempre es así, la mayoría de los individuos adultos se muestran equivocados y como ejemplo del arquetipo social que se denuncia.

Desfile de pieles y moda sangrienta (Paco Catalán)

Duras, muy duras: como esa realidad que telediarios y prensa pretenden esconder; viñetas donde son los mismos animales aquellos encargados de darnos esa lección moral de veinticuatro horas que deberíamos revisitar cada cierto tiempo. Allí, donde la caza, la industria cárnica, las pieles y la moda, el ecologismo, la pobreza y las desigualdades se forjan en pequeños espacios que sirven como armas de verdad.

Desde este modesto artículo, de un todavía más modesto blog, todo mi apoyo a este gran artista, que entre sus lectores y visitas más fieles me tiene a mí, y a los míos. Y a muchos otros, que espero le den fuerzas para seguir esbozando certezas en papel; auténticas verdades que, poco a poco, entre todos, terminaremos por trasladar al mundo.

¿Acaso hay una misión más noble?

Naturaleza, de Paco Catalán Carrión
Por título lleva Naturaleza, pues ese sí es un espectáculo digno de ver.

Otras de mis viñetas favoritas de Paco Catalán Carrión:

La del 4 de diciembre de 2014 sobre el abandono animal.

Una de las dedicadas a Excalibur, y después a Alma; también a las perras Ruth y Cruz.

Muchas de aquellas sobre las grandes tragedias cotidianas: sobre todo, aquella sobre los mataderos del 8 de abril de 2015 o la que ejemplifica la triste vida de nacer cerdo, del 8 de enero de este mismo año.

Y sobre todo nuestras pequeñas grandes victorias: desde las muertes más dulces (27/10/2014) a la cruda realidad de los desahucios (22/12/2014) y de los emigrantes forzosos (08/02/2015); y las batallas que todavía nos quedan por vencer.

Toros y tauromaquia; y muerte (in)digna.

El cielo es rosa

Hoy me matan. No hay tiempo ya.

¿Puedes siquiera imaginarte lo que siento?

Me matan por nacer. Por haber nacido en el lugar equivocado; en un lugar distinto al que tú ocupas.

Hoy me matan, y estoy cansada de gritar. Estoy cansada de ser usada, y golpeada y vejada; de ser observada como un mero objeto en esta oscura habitación con rejas.

De veras, hoy voy a morir, y nada tiene sentido. Nada. ¿Recuerdas cuando acerqué mi morro frío hacia tu mano? ¿Cuando te miré buscando una mirada cómplice? ¿Aquella vez que te arrimaste a mí? ¿Qué ha cambiado entre nosotros?

Ayer fui una cría; una cría grande y patosa que deambulaba por el patio vallado en busca de una caricia; hoy no soy nada. Pero tengo la certeza de que fui algo, de que podía haber sido feliz, y de que voy a ser nada; y duele. No sabes cuánto duele.

Detalle del ojo de un cerdo. La fotografía pertenece a Boudewjn Berends.

Basta. Tú puedes hacer algo. Cambia el mundo por mí. Cambia las cosas. Hazlo ahora. Una vez.

¿No puedes? ¿No puedes cambiar el mundo, verdad? Abre la jaula. Corta la reja. Déjame libre. Veo a los cachorros desde aquí; comen, ajenos a todo lo que sucede. ¿Harás lo mismo cuando mi nombre se haya olvidado? Cuando no sea nada, solo tumbas dentro de vosotros.

Hoy me matas. ¿Tuve nombre? ¿Tuve nombre o fui un número más? Hoy me matas y no puedo llorar; solo tiemblo junto al resto, y muero. Hoy muero; y vi la luz del sol después de mucho tiempo; por última vez. Sé que no hay hierba tras de mí; ni agua, ni vida. Solo sangre, y sufrimiento; solo gritos y violencia. Mírame. Mírame una vez antes de ser arrastrado entre rugidos de dolor y tristeza.

Hoy te digo adiós, y quizá me fallen las patas; sé que me golpearás; me electrocutarás; me gasearás. He llegado a rezar por una muerte digna, un final donde no recupere más la conciencia; donde no deba sentir la sangre brotando salvaje de mis entrañas; donde esta pesadilla acabe, por fin.

Hoy no soy. Porque tú y yo nos parecemos, pero mi piel es rosa. Hoy no soy, porque no soy perro ni gato, ni soy tú, y no tengo una oportunidad; soy cerdo. Soy cerdo, y no soy.

Silencio.

Una carpeta llena de animaladas

En la carpeta puede leerse: Animaladas, y recoge historias de las que muchos y muchas preferirían no ver, escuchar o saber jamás. Esta carpeta tiene un propósito mucho mayor de lo que a priori pudiera parecer: pretende cambiar el mundo, con palabras; dando forma al pensamiento, buscando otros caminos, fundiendo una conciencia tras otra.

Pegada a ella hay un post-it de color amarillo con el siguiente mensaje: No tienes por qué hacerlo, en homenaje al DON’T TRY de Bukowski. Y en su interior hay ideas; ideas que no gustan, e historias que repugnan y, a veces, caminos a seguir. En el margen superior de la primera hoja, centrado, y en fuente Times New Roman 12 está el título:

De cómo los animales viven y mueren

Las siguientes líneas no son más que una declaración de intenciones; o quizá el breve prólogo de un proyecto que lleva tiempo rondando en mi cabeza.

No tienes por qué hacerlo. No tienes por qué creerte mejor que los demás por comer cerdo, y no perro. O por vestir prendas sintéticas mientras comes una tostada con foie. No se trata de eso; no tiene relación con si eres omnívoro, carnívoro, vegetariano o vegano; no tiene relación con si vistes cuero, o si jamás se te ha pasado por la cabeza. No es cuestión de comercio justo, o neocolonialismo; ni tan siquiera de sentimientos, o espíritu, o alma.

Ninoshka y compañero en Can Capsec (La Garrotxa)

Se trata de saber. Saber que en algunas fábricas de Rumanía despellejan vivos a los patos, que el foie gras es producto de una enfermedad (cirrosis) que se provoca intencionadamente a las ocas; que comes carne criada en cautividad, de vaca, de ternera, de cerdo, que jamás vio la luz del sol, que ha sido sobrehormonada y trágicamente muerta de un modo total y completamente antinatural e inhumano.

Ninoshka en Can Capsec (La Garrotxa)

Durante años he escrito historias; algunas eran mera ficción, otras eran experiencias volcadas en un papel. La víspera del día de Reyes del año 2015 murió Caos. Y el día 8 de ese mismo mes, El Huffington Post, El País y centenares de blogs conocían nuestra historia con aquel perro que encontramos en una carretera tocando la medianoche.

Cuando vi cómo mis palabras habían llegado a más de 1.000.000 de personas, no podía creérmelo. Sabía desde el principio que era un tema delicado; un sentimiento al que había dado forma en palabras, y a través del que muchas personas podían identificarse. No importaba si era Caos, Coco, Nuka, Dana, Piula o cualquier otro perro; Caos se había escapado, pero nos había hecho un último regalo: la universalidad de su historia.

Caos en Can Capsec (La Garrotxa)

Más tarde, quizá me contagié un poco de esa tenacidad que mi perro ofrecía paso tras paso. Reduje mi carga de trabajo, y empecé a escribir. Entonces me planteé: “Quizá no solo es cuestión de hacer o no hacer en lo que respecta al maltrato animal, a nuestro modo de vida y a nuestra forma de consumo; se trata de conocer qué hay detrás de esa granja, de esa fábrica de piel e incluso de esa multinacional de la telefonía.”

Quizá nos han dicho tantas veces que no es posible que hemos terminado por creerlo; yo también lo hice; después vi cómo un perro moribundo volaba. Y ahora no puedo evitar querer cambiar el mundo igual que él lo hizo: lento, muy lento, pero firme.

Burro catalán.