WTF?! “¿Qué es esto?” ¡Vuelve a la entrada principal, muggle!
Aviso: la siguiente historia puede ofender a los fans de Torg, a la gente que se cabree por las heridas en el pene, a los activistas pro y anti guerra, y a algunos miembros de la SCA. (1)
La pérdida de Psicópata Dave fue un duro golpe para nuestro grupo de juego, en el sentido de que las posibilidades que teníamos de encontrar a un racista pirómano con tendencia a mearse en la cama de su calibre eran escasas. Pero, de algún modo, seguimos adelante.
Era la primera semana de enero de 1991. El Disgusto estaba de vuelta del hospital, lleno de rencor y con un injerto en el pene. Sus padres se habían llevado al perro de vacaciones, así que estábamos de vuelta en su sótano. Estaba cabreado, aterradoramente cabreado. Se sentó en una esquina de la mesa de juego con el palo del dolor aferrado al puño, y parecía la viva imagen de Conan Rey (si Conan Rey hubiese muerto por una infección en la vejiga y hubiese resucitado luego como liche). El Pervertido y Asenath también estaban allí, pero estaban tan locamente enamorados que él insistió en que ella se sentara en su regazo. Johnny Tangente estaba de vuelta; le habían despedido de su empleo en una teletienda y ahora tenía un montón de tiempo libre para jugar. El Capullo no se perdía nunca una partida, así que ahí estaba; había tenido que coger dos autobuses y caminar casi un kilómetro, pero ahí estaba. Por último teníamos a El Gordito, llevando una camiseta con el símbolo de la paz y una cinta en la cabeza con el letrero «¡No a la sangre a cambio de petróleo!» (2)
Era mi turno para dirigir una partida, y había elegido un juego que amaba enormemente pero que nunca había tenido oportunidad de dirigir: Torg.
El Disgusto: «Lo primero es lo primero. Dejadme decir que si cualquiera, y quiero decir cualquiera, hace alguna broma sobre mi herida, probará una buena ración del Palo del Dolor.»
El Capullo: «Probablemente sepa a Lamont.»
Johnny Tangente: «Me encanta Sanford e Hijo.» (3)
El Gordito: «Ah, sí. Yo también disfrutaba del subtexto nihilista de esa serie. Después de todo, ¿acaso no vivía el personaje de Red Foxx en un basurero lleno de chatarra, fingía continuamente que le daban ataques al corazón y prometía que iba a unirse con su esposa muerta? He ahí un valiente y sutil alegato contra los fallos del cristianismo como nunca antes he visto.»
El Pervertido: «Mira, El Disgusto, ni siquiera sabemos cómo ocurrió realmente. Quiero decir que, bueno, sí que tu padre nos dio una idea general de lo que te pasó, pero se estaba descojonando tanto que no me enteré de nada.»
Asenath: «Oh, pobre cosita.»
El Disgusto: «¡No necesito tu lástima, monstruo!»
Yo: «Oye, eso no ha sido nada bonito.»
El Disgusto: «¡Tampoco lo es esa patética cosa que llamas pelo! ¡Vamos a jugar, coño!»
Les expliqué brevemente de qué iba el mundo de Torg. Era un mundo como el nuestro propio, pero que había sido invadido por conquistadores procedentes de otras realidades. Incluso El Disgusto estaba intrigado, cuando descubrió que había ninjas.
El Disgusto: «¡Este ninja es la caña! Le llamaré Shinobi Puñoasesino.»
Johnny Tangente: «Yo jugaré con un soldado de las fuerzas especiales llamado Roddy Plissken.» (4)
El Gordito: «Yo llevaré a una sacerdotisa, ex miembro del Ciberpapado, llamada Joan.»
El Capullo: «Yo soy un Caballero de las Tormentas llamado Gary.»
El Pervertido: «Yo llevaré a un Edenois exiliado llamado Enik».
Asenath: «Oh, baby. Las aliteraciones me ponen húmeda.»
Yo: «Oh, Dios.»
Asenath: «Y yo jugaré con una dama guerrera elfa llamada Sheena.»
Yo: «Bueno, esto parece un grupo bastante variado, y por una vez tengo un sistema de juego que anima a que sea así. Vamos a echarles un ojo a las reglas y ya podemos empezar a jugar.»
Así que les dí un breve repaso del sistema de juego, cómo funcionaban la magia y el combate, y cómo el hecho de sacar un 20 en una tirada significaba que podías volver a tirar. Sólo hubo un escollo inesperado…
El Gordito: «¿Baraja de drama? No lo entiendo.»
Yo: «Vale. Lo que hace la baraja de drama es añadirle efectos aleatorios al juego, y permite a los PJs intervenir en algunos eventos del mismo.»
El Gordito: «Pero, ¿no tienen los dados el mismo efecto?»
Yo: «Sí, los dados tienen un efecto aleatorio, pero las cartas permiten al máster o a los jugadores afectar a la historia de otras formas interesantes.»
El Gordito: «Entonces, ¿por qué molestarse en usar dados?»
Yo: «Porque los dados se usan para hacer las tiradas de atributos y habilidades.»
El Gordito: «Sí, pero, ¿por qué no pueden las cartas desempeñar esa misma función?»
Yo: «Porque el juego está pensado para usar dados y cartas.»
El Gordito: «No lo entiendo.»
El Disgusto: «¿Pero qué clase de estúpido eres, gordo gilipollas de mierda?»
El Gordito: «Discúlpeme, amable caballero, pero mi incapacidad para comprender un turbio concepto del sistema de juego no es razón suficiente para que usted salte como un… despollado.» (5)
El Disgusto: «¡PALO DEL DOLOR!»
Nos llevó algunos instantes a El Capullo, Johnny y a mí mismo ponerle fin a la patética trifulca entre El Gordito y El Disgusto. El Pervertido se quedó sentado en su silla, quizá porque Asenath seguía sentada encima de él, meciéndose lentamente.
Yo: «Vale, vamos a empezar de una vez. Los seis sois reunidos por un anciano Caballero de las Tormentas cuyo nombre en código es Vagabundo…»
Johnny Tangente: «Que quede constancia ahora de que mi personaje no va a aguantar ningún tipo de mierda por parte de nadie. ¡Esto es la guerra, coño!»
El Gordito: «Esto no es un juego de GUERRA, filisteo, esto es un juego DE ROL. Quizá el razonamiento y la comprensión triunfen.»
Johnny Tangente: «¿Razonamiento? ¿Con invasores interdimensionales?»
El Gordito: «Quizás podamos aprender de ellos, quizás podamos aprender el uno del otro.»
El Capullo: «Ya empezamos. ¿Te acuerdas de lo que pasó cuando intentaste abrazar a aquel shoggoth?» (6)
El Disgusto: «Mi ninja le mete caña al motor de su moto como una amenaza sutil.»
Asenath: «¿Te has traído la moto a la sala de información?»
El Disgusto: «¡Un ninja siempre está preparado!»
El Pervertido: «Mi personaje examina la motocicleta con intensa curiosidad.»
Yo: «Vagabundo le pide a Shinobi que saque fuera la motocicleta y…»
Johnny Tangente: «¿Sabes? Es la gente como tú la que está echando a perder este país, con vuestras marchas hippies por la paz.»
El Gordito: «Bueno, ¡quizá sea que no quiero que se destruyan las vidas de soldados americanos y niños iraquíes por culpa de un presidente corrupto e inmoral!»
Johnny Tangente: «Vale, ¿acaso ha quedado registrado en ese juego de golpea-al-topo que usas como cerebro que Irak invadió la nación de Kuwait y ha tratado brutalmente a sus habitantes?»
El Gordito: «¿Es que no puedes ver que es culpa nuestra? Nosotros armamos a Irak, la convertimos en lo que es ahora. Es como si hubiésemos matado a esos kuwaitíes.»
Johnny Tangente: «Exacto. Irak es como un perro que se ha vuelto loco por lamerse durante demasiado tiempo sus pelotas vacías, y tiene que ser sacrificado.»
El Capullo: «Snifff. Pobres pelotas.»
Johnny Tangente: «Por eso Dios hizo a América la nación más poderosa del mundo. Somos como el Shaft de las naciones.»(7)
El Gordito: «¡No! ¡Armamos Irak para que pudiera invadir Kuwait, y así permitirnos ir allí y robar el petróleo de los dos países! ¡Es una conspiración republicana! La única cosa que podemos hacer ahora es no hacer nada, este país es demasiado inmoral y está demasiado manchado por la sangre para tomar una decisión que no esté manchada por el racismo y el capitalismo.»
Johnny Tangente: «¿Y qué pasa con la gente de Kuwait?»
El Gordito: «¡No a la sangre a cambio de petróleo!»
Johnny Tangente: «¡América, ámala o márchate!»
El Gordito: «¡No a la sangre a cambio de petróleo!»
Johnny Tangente: «¡América, ámala o márchate!»
El Gordito: «¡No a la sangre a cambio de petróleo!»
Johnny Tangente: «¡América, ámala o márchate!»
Yo: «Que alguien me pase el Palo del Dolor.»
De alguna manera, la misión se puso en marcha. Los jugadores investigaban a un grupo de embajadores del Imperio del Nilo, pero fueron descubiertos. Todo iba bien hasta que…
El Capullo: «¡He vuelto a fallar! ¡Mi personaje es una mierda!»
El Disgusto: «Una vez que el guardia de seguridad esté inconsciente, me pongo mi guante de cota de malla y le demuestro a todo el mundo por qué mi personaje se llama Shinobi Puñoasesino.»
Yo: «No tengo una tabla para eso.»
El Pervertido: «¿Hay tiradas de cordura en este juego?»
Asenath: «Podría haber sido peor. Podría haberse llamado Yamada Cornhole.» (8)
El Disgusto: «¡Cuidado con lo que dices! ¡No tengo reparos en usar el Palo del Dolor en una mujer!»
Yo: «Concentraos en la partida, gente. Concentraos.»
Johnny Tangente: «¿Crees que pensaron en otras frutas y verduras antes de decidirse por el término cornhole?»
El Disgusto: «No sé, vamos a preguntárselo a tu madre.»
Johnny Tangente: «¡Muy gracioso, Frankenpolla!»
El Disgusto: «¡Palo del…!»
Yo: «¡Oye! ¿Por qué no seguimos…?»
El Gordito: «Sigo sin entender cómo funciona la baraja de drama esta. ¿Acaso, por su propia naturaleza, las cartas no convierten en fútil el efecto aleatorizante de los dados?»
Yo: «Oh, Dios…»
El Capullo: «¿Te encuentras bien, Ab3? Normalmente no empiezas a hiperventilar hasta que la partida lleva mucho más rato.»
De alguna forma conseguimos acabar el combate, a pesar de que El Gordito no hizo mucho más que preguntarse cómo funcionaban las cartas de drama y El Pervertido no paró de quitarme los dados. Los jugadores se separaron para hacer la fase de investigación del escenario, y cada uno se las apañaba con su estilo particular.
El Disgusto: «¡Me monto en la moto y conduzco a través de las puertas principales del hotel, cruzando la calle en frente de la casa del villano, y empiezo a decapitar a la gente! ¡Alguien, por ahí, tiene que saber algo!»
El Capullo: «Venga ya, alguien tiene que saber que estoy en una prisión turca.»
Asenath: «Mi personaje y el Edinos alquilan una habitación en un motel y se acuestan juntos.»
El Disgusto: «¿Tu personaje está tirándose a un hombre lagarto?»
El Pervertido: «Yo prefiero el término iguanoamericano.»
El Disgusto: «¡Ella incluso interpreta a auténticas guarras!»
Johnny Tangente: «Mi personaje encuentra el bar donde los guardias de seguridad se van después del trabajo, y sonsaca respuestas de unos cuantos tíos ahí. Y durante todo el rato no para de decir: ¡Ah, he aquí la violencia inherente al sistema!»
Yo: «¿Es eso una cita de los Monty Python? (9) ¡Sabes perfectamente bien que la mesa de juego es una zona libre de Python! Gordito, ¿qué hace tu personaje?»
El Gordito: «Me temo que sigo perdido en mis consideraciones acerca de esas puñeteras cartas de drama. Por favor, explícamelo otra vez.»
Yo: «Mira. Funciona así. Las cartas te dejan hacer cosas que le dan un empujoncito extra a la partida. Le ayudan a tu personaje a hacer cosas que normalmente no serían capaces de hacer. ¿Recuerdas esa escena en Indiana Jones y la Última Cruzada en la que Indy dispara a través de unos ocho nazis? Si eso hubiese sido un juego de rol, él lo hubiera podido hacer sacando una carta de Golpe de Gracia… o sacando un montón de veintes en los dados.»
El Gordito: «Así que lo que me quieres decir es que… ¿Las películas de Indiana Jones no tenían guion? ¿Que George Lucas y Steven Spielberg usaron cartas de drama y d20s para tomar decisiones sobre el argumento?»
Yo: «¡Eso no es lo que dije! Dije que si la película hubiese sido un juego de rol, esas situaciones podrían haber ocurrido gracias al uso de cartas de drama.»
El Gordito: «Pero no era un juego de rol. Era una película.»
Totalmente exasperado, dirigí mi atención de nuevo hacia los otros jugadores; a las decapitaciones al azar de El Disgusto, al sexo salvaje reptiliano de El Pervertido y Asenath, a los tropiezos de El Capullo desde la prisión turca hasta las garras de una secta caníbal, y de ahí a Johnny Tangente…
Yo: «¡De repente, te es revelado que el hombre que está detrás de esta locura es ese científico loco del Imperio del Nilo al que sólo se le conoce como El Electricista! Él se ríe como un maníaco…»
Asenath: «Cojonuda imitación del Comandante Cobra, Ab3.» (10)
Johnny Tangente: «Mi paladín desenfunda su espada y dice: ‘Nadie pasará’.»
Yo: «Con un gesto de su brazo, El Electricista invoca a una docena de esbirros y con una sonrisa te cuenta su plan maestro.»
Johnny Tangente: «Antes de que pueda hablar, mi personaje grita: ‘¡No quiero hablar más contigo, limpiaparabrisas que barre la comida de animales de cabeza hueca! ¡Me peo en tu dirección general! ¡Tu madre era un hámster y tu padre olía a frutas del bosque!’.»
Yo: «Con un suspiro de disgusto, El Electricista ordena a sus hombres que te disparen.»
(ruedan los dados)
Yo: «Ahí tienes, te queda un punto de vida. ¿Tienes más ganas de escucharle ahora?»
Johnny Tangente: «¡Es sólo una herida superficial!»
(Ruedan más dados, se sueltan más citas, un personaje muere.)
Yo: «¡Ajá! ¡Ajá! ¿Estás contento ahora? ¡Tu paladín ya no está! ¡Ha dejado de ser! ¡Ha expirado y ha ido a encontrarse con su creador! ¡Está tieso! ¡Desposeído de su vida, está descansando en paz! ¡Sus procesos metabólicos son ya historia! ¡Ha estirado la pata, se ha desprendido de su envoltorio mortal, ha cerrado las cortinas y se ha unido al coro invisible! ¡ESTE, ES UN EX PALADÍN!» (11)
Johnny Tangente: «¿Por qué te has cargado a mi personaje? ¡Eso fue bastante severo!»
Yo: «¿Qué parte de «zona libre de Python» te confundió, Johnny? ¿Eh? ¿Qué parte de…?»
El Disgusto: «Quizá pensó que te referías a tus pantalones.» (12)
El Capullo: «¿Por qué no paras de interrumpirle? A la mayoría de la gente no les gusta que les corten.»
El Disgusto: «¿Que les corten? ¿QUE LES CORTEN?»
El Capullo: «Ay, mamá…»
El Disgusto: «¡PALO DEL DOLOR!»
El Capullo: «¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!»
Una vez más, de alguna manera conseguimos pasar esa escena y los miembros supervivientes del grupo se reunieron. Desafortunadamente, todos huían de la policía, gracias a sus actos de violencia desenfrenada y a sus exhibiciones eróticas en público. Llegados a este punto el escenario estaba reducido a harapos, y yo sólo podía observar cómo las Guerras de la Posibilidad se convertían en un clon incoherente de una película de Tarantino. (13)
El Disgusto: «¡Seguid matando! ¡Alguna vez se tienen que quedar sin policías!»
El Pervertido: «Esto es igual que en esa película: La Huida.» (14)
Asenath: «Yo soy como Kim Bassinger.»
El Pervertido: «Y yo soy igualito a Alec Baldwin.»
Asenath: «¿No sería mejor si tú fueses Kim Bassinger y yo fuese Alec Baldwin?»
El Pervertido: «No sé qué decirte. Aún conservo la infección rectal de la última vez…»
El Disgusto: «Oh, por el amor de Dios…»
Yo: «¿Podríais avisarnos antes de empezar a revelar esos pequeños detalles? Me gustaría tener al menos una posibilidad de taponarme los oídos con dados.»
El Capullo: «¿Cómo podría invocar el Primer Principio sobre mí mismo?» (15)
El Gordito: «De modo que… ¿en que momento de la película Indiana Jones y la Última Cruzada habrían usado las cartas? ¿Antes o después de disparar a través de los nazis?»
Por supuesto, el personaje de El Capullo fue el siguiente en morir, cuando intentó esconderse de la policía metiéndose en una bolera. Podría haberlo conseguido si no se hubiese detenido para alquilar un par de zapatos. Después, murió el personaje de El Gordito, pero dado que en realidad no había hecho nada aún, nadie se dio cuenta. El Pervertido y Asenath murieron juntos, y supongo que ellos lo habrían querido así. Eso me dejó con El Disgusto…
Yo: «El helicóptero de la policía aterriza directamente enfrente tuyo, bloqueando tu camino.»
El Disgusto: «¿Ah, sí? Pues le doy caña al motor de la motocicleta y salto por encima.»
Yo: «¿Qué?»
El Disgusto: «Que salto por encima del helicóptero con mi moto.»
Yo: «¿Cómo?»
El Disgusto: «¡Bueno, pues está claro! Usaré uno de los coches de policía estrellados como una rampa improvisada.»
Yo: «¿Estas seguro de que quieres hacer eso? Tendrías que sacar tiradas astronómicamente buenas para tener éxito.»
El Disgusto: «No me importa, ¡los dados me aman esta noche!»
(Se tiran los dados, un máster intenta contener la risa.)
El Disgusto: «¡Esto no puede suceder! ¡Exijo una nueva tirada!»
Yo: «Lo siento, no vale repetir.»
El Disgusto: «¡Pero mi personaje es un ninja!»
Yo: «Corrección. Tu personaje era un ninja. Ahora es confeti, confeti rojo y húmedo.»
El Disgusto: «¡ME CAGO EN LA PUTA! ¡Esto es todo por tu culpa, Pervertido!»
El Pervertido: «¿Qué? Estás loco.»
El Disgusto: «No la habría cagado con los dados si no estuviese herido. ¡Y no estaría herido si no me hubieses prestado esas putas novelas de Eric Van Lustbader!»
El Gordito: «¿Quién es Eric Van Lustbader?»
El Capullo: «Porno ninja.»
El Gordito: «Ah.»
Yo: «Mira, El Disgusto, incluso tratándose de ti, lo que dices no tiene sentido. ¿Cómo es que leer una novela porno sobre ninjas te provocó la herida?»
El Disgusto: «Estaba leyendo en la cama, y había llegado a uno de los momentos más… intensos. Y tuve una reacción en consecuencia, y cuando me puse a… bueno, la actividad sobresaltó a Lamont y me atacó.»
El Capullo: «¡Auh!»
Yo: «Pero, ¿por qué…?»
El Disgusto: «¡Él sabía que eso iba a ocurrir! ¡Me tendió una trampa! ¡El Pervertido no puede soportar que probara su querida galletita antes que él!»
Asenath: «No, en realidad hasta este momento El Pervertido no sabía que tú y yo nos habíamos acostado juntos.»
Hubo un largo silencio después de eso. Un silencio marcado tan sólo por lo que estoy seguro que fue el llanto del niño Jesús, absolutamente horrorizado. La cara de El Pervertido se volvió blanca, luego roja, y luego blanca otra vez. Cuando habló de nuevo, su voz era aterradora.
El Pervertido: «¿Me estás diciendo que eres… canadiense?»
Asenath: «Sí, sí que lo soy. Te dije que era del Sombrío Innsmouth porque me temía que pudiese sufrir algún estigma.» (16)
El Pervertido: «Y tú… y El Disgusto… ¿érais amantes?»
El Disgusto: «Fue una cosa de la SCA.»
Johnny Tangente: «Uau. ¿Te das cuenta, Pervertido, de que técnicamente te has acostado con El Disgusto?»
El Gordito: «Vale. Tengo una última pregunta sobre estas cartas…»
No sé realmente quién dio el primer puñetazo, y estaba demasiado inconsciente para ver quién soltó el último. Todo lo que sé es que cuando todo había terminado, nunca pude recuperar todas mis cartas de drama.
Referencias y notas al pie
(1) Y no se lo montan nada mal: compran ropas y armaduras antiguas, y las usan para recrear auténticos torneos medievales y cosas así. Y sí, hay gente que se hace pupa en medio de las batallas que organizan; aunque las armaduras sean de acero auténtico y las armas sean de mentirijilla para que nadie quede atravesado por una lanza o decapitado de un espadazo (más bien son de madera recubierta con cinta aislante y tal), no es raro acabar con unos cuantos cardenales y moretones al participar en una justa, o incluso alguna que otra costilla rota. Y es que, con o sin armadura, caerse de un caballo lanzado al galope duele.
En cuanto a Torg, es un juego de rol que ya se mencionó en la segunda historia. Hala, a repasar.
(8) En inglés, cornhole es el nombre que se le da a los agujeritos que contienen los granos de maíz en las mazorcas de la ídem. Pero en argot también se refiere tanto al conducto rectal de las personas como al acto de practicar el sexo anal, especialmente si se hace de manera forzada y con dolor. Supongo que es una referencia a lo mucho que dolería semejante práctica sexual si la penetración se realizase con una mazorca de maíz… y no, esta vez no voy a acompañar esta anotación de una imagen al uso. Que no, vamos.
(13) The Possibility Wars (las Guerras de la Posibilidad) es el nombre genérico del meta-conflicto de Torg en torno al que gira la premisa del juego.
(14) The Getaway (La Huida) es una película de gángsters rodada por Sam Peckinpah en 1972… aunque aquí Asenath y El Pervertido se refieren al remake que dirigió Roger Donaldson en 1994, con Baldwin y Bassinger como protagonistas.
(15) En Torg, el Primer Principio («The Everlaw of One«) es la regla principal que gobierna el multiverso, y dice que para cada grupo de dos o más posibilidades conflictivas, sólo una de ellas puede hacerse realidad, evitando así que, en un mismo universo, una persona esté viva y muerta al mismo tiempo, por ejemplo.
(16) Innsmouth es un pueblo ficticio creado por H.P. Lovecraft en el que transcurrían alguna de sus historias de terror. En teoría está situado en el condado de Massachusetts, en Nueva Inglaterra.
La traducción corresponde al texto Reservoir Torgs de Al Bruno III (Ab3), realizada por Jorge Prieto (a.k.a. Reverendo) y recuperada de Archive.org.