¡Dejad el mundo a vuestros hijos!

El inicio de la era Trump. El Brexit. La probable disolución del ideal comunitario en Europa. El intento de someter la globalización. El miedo a la globalización. La ignorancia frente a la globalización, y frente a los cambios del paradigma tecnológico, y del sistema de valores, y de trabajo, y… El mundo es de nuestros padres, y nosotros seguimos esperando un relevo generacional que ha terminado por anquilosarse.

Hoy, tras ver a Donald Trump intentando construir muros desde un despacho oval customizado en dorado, me pregunto si el problema real no son esas décadas de más, ese tiempo extra de vida, de trabajo, de atesorar, y, luego, ser un poco más irresponsables y egoístas de lo que muchos podían ser antes de la caída del muro de Berlín. Ronald Reagan murió en 2004; Margaret Thatcher, en 2013; pero el mundo todavía es de los Reagan y las Thatcher, que se encuentran entre los Trump, las Le Pen, los Rajoy o los Mattarella. Por eso, no gobiernan los Iglesias, y ni tan siquiera los Rivera; por eso los Renzi se estampan contra una vieja pared de hormigón, y los Obama dejan un regusto dulce, pero de alas cortadas.

Margaret Thatcher y Ronald Reagan

Quizá el error no sea la política, ni el sector financiero. Quizá, en el siglo veintiuno, como en el veinte, no sepamos muy bien cómo vivir; quizá cometamos los mismos errores por no mirar atrás, o perpetremos masacres de índole similar que nuestros padres y abuelos, pero quizá también tengamos las manos atadas, y sobre todo lejos, lejos de la acción, del cambio, del control, de ese traspaso de poderes que nunca llega. Puede que el problema no sea tanto el qué, sino quién se hace la pregunta y qué puede hacer con esta.

Obama y Trump
Donald Trump y Barack Obama en el Despacho Oval pocas semanas antes del traspaso de poderes.

¿Alguien más ve la ambivalencia de limitar la entrada de nuevos actores en la vida pública?, ¿de cortar de raíz la movilidad social de sus protagonistas más jóvenes, y, a la par, de criticar esa carencia de verticalidad? ¿Hasta cuándo pueden seguir sucediéndose los cambios en el sector científico, humano o tecnológico bajo los pies de estos colosos arcaicos que atesoran el poder político y económico? ¿Pueden guiarnos los líderes de ayer hacia el futuro? ¿O hemos tocado techo en este 2016?


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5 comentarios sobre “¡Dejad el mundo a vuestros hijos!

  1. El presentismo llevado hasta extremos suicidas e histriónicos. Eso es lo que creo que estamos viviendo en nuestra época… porque hasta las soflamas natalistas y pro-procreadoras de los reaccionarios se estampan con sus propios actos que, efectivamente, van encaminados a hacer que las nuevas generaciones sean aplastadas, enmudecidas y abotargadas.
    Es cierto, de verdad que no te engaño: ayer mismo reflexionaba yo acerca de la necesidad de alargar la vida más allá de los 70 años, que durante muchos siglos fue la edad biológica más o menos máxima de la humanidad («Sapiens», que sé tú también has leído, tuvo buena parte de culpa en ello), entroncando con los pensamientos de mi mujer, quizá no tan filósofa, pero sí sabia y práctica, que opina que la inmortalidad no es un sueño, sino una pesadilla, y pensaba, así, que la arterioesclerotización con el paso de los años no se produce solo en los vasos sanguíneos, sino también en las ideas y, al mismo tiempo, en el ansia desmedida por el mantenimiento de los privilegios, el poder, las costumbres…
    De verdad, soy muy pesimista con respecto al futuro, y el mundo no hace otra cosa que darme la razón día sí y día también…

    1. Hola, Lord Alce:

      Ayer no te pude contestar, pero, cuando leí este comentario, pensé: «Joder, es exactamente eso: no puede explicarse mejor.» Y sigo pensándolo. También sigo optimista, aunque quizá un poco menos. Si las cosas siguen así, quizá vamos hacia un futuro muy negro por cosas como esta: http://es.gizmodo.com/el-reloj-del-apocalipsis-se-adelanta-medio-minuto-no-h-1791655392

      Pero también creo que las sociedades modernas no resistirán el modelo que se les ha impuesto desde arriba: queramos o no, nos dirigimos hacia un cambio de paradigma y un recrudecimiento de ciertas actitudes a todos los niveles, y no digo más, que, por estos lares, rápidamente te empiezan a poner etiquetas.

      1. No, si yo en el fondo sigo siendo optimista… pero menos que cuando era diez años más joven. Es decir, cuando tenía tu edad 😀
        Y ya entonces, era menos que cuando tenía 20. Esto de vivir te va agriando el carácter, me temo, sobre todo, si eres de las personas a las que le gusta saber qué pasa y no quiere permanecer indolente e insensible.
        Totalmente de acuerdo con el cambio de paradigma. Tomando la frase de «Sapiens», estamos a las puertas del Paraíso a la vez que en el umbral del Infierno. De la humanidad depende hacia dónde nos encaminamos, si hacia el futuro más o menos brillante de Asimov o hacia las distopias ciberpunk.

  2. es bastante angustiante ver como el pasado está tiranizando el presente y comprometiendo nuestro futuro. Es abrumador ver como los que deberiamos (y algunos lo hacemos) tomar cartas en el asunto, estan perdidos y por ello no hacen nada. Y cada vez parece ser menos prometedor el futuro que nos espera, más si añadimos esos años extras que nos esperan.

    1. Yo auguro cambios en las formas de vida y en los modelos de sociedad. Nos acercamos peligrosamente a un caldo de cultivo que no difiere tanto a lo que ocurrió en el mayo del 68 o en el movimiento hippie. Al final, se resume a un Estado, con mayúsculas, que no sabe leer ninguna de las necesidades (ni mínimas ni no mínimas) de sus ciudadanos: a partir de ahí, ¿quién sabe hacia dónde virará esto?

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